Willem Sandberg (Amersfoort, Holanda, 1897 – Ámsterdam, 1984) fue tipógrafo y diseñador gráfico, y desarrolló el grueso de su carrea profesional en el Stedelijk Museum de Ámsterdan, donde desempeñó el cargo de director entre 1945 y 1963. Además, fue nombrado comisario del pabellón de Holanda en la Bienal de Venecia en las ediciones de 1948, 1952 y 1956. Ese año de 1956 organizó en el museo la exposición Guernica, avec 60 études, donde presentó el gran cuadro de Picasso como “la ronda de noche del siglo XX”, al coincidir con la celebración del 350 aniversario del nacimiento del pintor holandés Rembrandt.

Tras un periplo de formación y trabajo como diseñador gráfico por varias ciudades europeas (Viena, Zúrich), y después de haber participado en proyectos junto a Piet Zwart y otros grandes nombres de la tipografía y del arte gráfico modernos de finales de los años veinte, Willem Sandberg entró a formar parte del equipo del Stedelijk Museum de Ámsterdam en 1936. Atento a la situación de tensión prebélica de Europa en esa década, en 1937 viajó a una España inmersa en la Guerra Civil y vivió en Holanda durante la ocupación alemana de la Segunda Guerra Mundial. Tras la liberación, fue nombrado director del Stedelijk Museum, donde jugó un papel fundamental en la conformación de la colección y donde trabajó para convertir el museo en agente social, de cohesión y de conocimiento, integrando el arte en la vida cotidiana. Junto con la programación de las actividades y exposiciones, su labor se advierte también en las reformas y ampliaciones que llevó a cabo en el propio museo, al abrir una nueva ala al edificio histórico (1954), fundar una biblioteca, crear zonas comunes, mejorar las comunicaciones y desplazamientos internos en el museo y cambiar la antigua puerta por un acceso mayor y de cristal, con lo que favorecía no solo la arquitectura sino también el valor de la transparencia y la interrelación de la institución con la ciudad y el ciudadano.

El paso de Sandberg por el Stedelijk Museum destaca por su reconsideración de la vanguardia histórica, la colaboración con artistas y arquitectos y la incentivación del diseño –ocupándose personalmente de las publicaciones, carteles y de todo el material gráfico producido por y para el museo–, además de reforzar el Departamento de Pedagogía. Este trabajo, a modo de programa, se desarrolló en el contexto de reconstrucción de Europa en los años inmediatos a la guerra. En este sentido, tras haber visto Guernica de Picasso probablemente en París en 1937 y en sus múltiples reproducciones en prensa y libros, reconoció el valor icónico del cuadro como memoria y alegato de paz. Al saber que el cuadro había cruzado el Atlántico de manera excepcional para la exposición antológica de Picasso en Milán, en octubre de 1953, enseguida se puso en contacto con el artista, con los organizadores de la muestra milanesa y con el Museum of Modern Art de Nueva York para solicitar su préstamo. Sin éxito, Sandberg persistió y más tarde aprovechó la siguiente ocasión en la que Guernica regresó a Europa, en el verano de 1955, con motivo de la exposición en París, para pedir su préstamo. Tras obtener una respuesta positiva, su primera idea fue la de reconstruir, en la medida de lo posible, el pabellón de España en la Exposición Internacional de Paris de 1937, pues había adquirido para la colección del museo la escultura Montserrat, de Julio González, también expuesta en aquella ocasión. Sandberg recuperaba para Guernica su origen y su destino, potenciando, a la vez, el lugar central que ocupa en el imaginario colectivo universal como emblema del renacimiento cívico de entre las ruinas –reales y metafóricas– de la guerra.

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