Tanto el cuadro Guernica como las dos estampas Sueño y mentira de Franco I y II, con las que mostró su apoyo a la República en plena Guerra Civil, son las obras que mayor visibilidad política dieron a Pablo Picasso. No obstante, fueron muchos los que antes de ver esas obras en el pabellón de España en la Exposición Internacional de París de 1937 ya trabajaban desde distintas organizaciones en la ayuda a la población. Estas organizaciones, como la North American Committee to Aid Spain Democracy, secundaron la voluntad del artista de emplear esas obras con fines solidarios y recaudatorios. Así fue como el 1 de mayo de 1939 Guernica se trasladaba a Nueva York, acompañado de un conjunto de dibujos y estudios preparatorios, para iniciar una gira por cuatro ciudades norteamericanas.

El conflicto bélico en el que estaba inmersa la población civil española fue objeto de atención por parte de diversas asociaciones internacionales, que ya desde el otoño de 1936 se volcaron en la gestión y el suministro de ayuda material y económica, dirigida principalmente a mujeres y niños y a la atención sanitaria. En este sentido, sobresale la movilización y respuesta organizada en múltiples asociaciones en Estados Unidos, quienes realizaron numerosas actividades con fines recaudatorios, por ejemplo bailes, conciertos, cenas benéficas, colectas de comida y ropa, mercadillos o mítines.

En coordinación con las distintas organizaciones de ayuda internacionales, de apoyo a la democracia española y antifascistas –escenario donde Juan Larrea jugó un papel decisivo como representante y gestor de las ayudas recibidas–, y una vez acabada la exposición en la Whitechapel de Londres a finales de enero de 1939, la Spanish Refugee Relief Campaing (SRRC) organizó el envío de Guernica a Nueva York el 1 de mayo de ese año. Se aseguraba así la salida del cuadro de una Europa que vivía en un clima de máxima tensión prebélica, pues iba a formar parte de la exposición que el Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York preparaba sobre Picasso para ese otoño. No obstante, ese lapso de tiempo fue aprovechado por la SRRC para organizar una exposición con Guernica y sus dibujos preparatorios e incluirla en el programa general de sus actividades (cenas benéficas, rifas, exposiciones, bailes, conciertos, mítines). En apenas dos meses, la SRRC logró cerrar una itinerancia en la que el cuadro fue presentado en museos y galerías de cuatro ciudades norteamericanas: la Valentine Gallery de Nueva York, el Museum of Modern Art de San Francisco, las Stendahl Galleries de Los Ángeles y The Arts Club de Chicago.

La abundante documentación generada por esta exposición itinerante da cuenta de la urgencia por cerrar la agenda de la gira, las características de la misma, la tarifa que cada sede debía pagar al SRRC en concepto de gastos, el precio de los catálogos, y el número de ejemplares que se vendieron. Por otro lado, la numerosa correspondencia aporta información acerca de las asociaciones y las personas que a título privado se involucraron y participaron en la itinerancia, como el sindicato de actores Motion Pictures Committee de Hollywood, el Medical Bureau y el North American Committee to Aid Spanish Democracy, la Spanish Intellectual Aid, el presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosvelt y su esposa, el alcalde de Nueva York Fiorello H. La Guardia, además de artistas, escritores y coleccionistas. Asimismo, la correspondencia proporciona información sobre las instituciones interesadas en la exposición y que finalmente no pudieron acogerla, así como sobre aquellas que por calendario tuvieron que rechazarla, como el Canadian Committee to Aid Spanish Refugees, el Cleveland Museum of Art, el Wadsworth Atheneum en Connecticut o el Philadelphia Museum, entre otras. De las cifras recaudadas se extrae que el resultado no fue tan positivo como se había estimado, pero supuso el reconocimiento y la difusión del valor simbólico y político del cuadro antes de su integración en el relato museológico elaborado desde el MoMA.