Bombardeos

La guerra civil española culminó el proceso de mediatización de los conflictos bélicos iniciado durante la Primera Guerra Mundial, consistente en la difusión masiva de imágenes de las víctimas civiles, mostradas no solo para relatar la crueldad de la guerra sino también con fines estratégicos.

Son abundantes los materiales fílmicos y fotográficos sobre los bombardeos que asolaron el país. Desde su primera presentación pública, en su condición de icono, el cuadro de Picasso se entendió no únicamente como una respuesta al bombardeo de la villa vasca sino también como un grito contra la violencia del fascismo, por lo que ha sido recuperado posteriormente y hasta nuestros días en aquellos conflictos y escenarios que se ensañan con la población civil.

El bombardeo de Gernika es especialmente recordado por haber situado como objetivo a la población civil como estrategia bélica, a modo de ensayo de la llamada “guerra total” contra la población. A ello se sumaba que la guerra civil española fue la primera guerra mediatizada, donde las imágenes tomaban parte en el conflicto.

Enseguida Guernica se erigió en alegoría de un bombardeo de cuyo fatídico día apenas hay imágenes.

Bombardeo Gernika

Otros bombardeos

El recuerdo trágico del bombardeo quedó inmediatamente asociado a Guernica de Picasso, convirtiéndose así en una de las imágenes paradigmáticas del conflicto bélico por su potencia, uso y repercusión.

Pero muchos otros bombardeos golpearon el territorio español durante la guerra. El bombardeo de El Maestrat, Benassal y otros pueblos de Castellón, en febrero de 1938, aun siendo pueblos alejados de la primera línea de fuego, fueron objeto de otros tantos experimentos armamentísticos y estratégicos por parte del ejército alemán. Sin olvidar el ataque sistemático a Madrid y Barcelona, los bombardeos de Durango, Santander o Alcañiz, por poner solo algunos ejemplos, que son recordados por haber sido también extremadamente crueles con la población civil.

La guerra en tiempo real

Desde entonces, los siglos XX y XXI han sido los más violentos de la historia documentada, marcados por conflictos bélicos de orden nacional e internacional. Estrategias y luchas de hegemonías geopolíticas y económicas, conflictos de índole imperialista y neocolonial, luchas políticas y represiones internas han utilizado a la población, el miedo y el impacto mediático como principales armas. Estas guerras han sido profusamente registradas y fotografiadas, prácticamente retransmitidas en directo con la llegada de la televisión y disparándose sin límites su incidencia y difusión en la era digital. En un contexto de beligerancia continua, Guernica aparece constantemente en tanto que icono e imagen espontáneamente consensuada que, construida en el ámbito artístico, sintetiza y valida la noción de guerra y contienda modernas, sea en Vietnam, Nicaragua, Fallujah, Irak o Siria.