El 28 de febrero de 1974, el artista Tony Shafrazi (Abadan, Irán, 1944) escribió con spray rojo la frase Kill Lies All sobre Guernica. Integrante del colectivo Art Workers’ Coalition, su acto fue una reacción individual al indulto que el presidente Richard Nixon había otorgado a William Calley, único oficial del ejército estadounidense juzgado por la matanza de My Lai de 1968, durante la guerra de Vietnam. Pero quiso, además, que su gesto fuera un intento de dar una nueva voz a Guernica, en protesta por la desactivación del potencial político del cuadro que se estaba llevando a cabo desde el campo del arte, y en particular desde el Museum of Modern Art de Nueva York.

Tony Shafrazi se formó como artista en el Royal College of Arts de Londres y desde 1965 realizó varios viajes a Estados Unidos, especialmente a Nueva York, donde entró en contacto con algunas figuras clave del momento, como Andy Warhol, Roy Lichtenstein y Leo Castelli. De este último diría que fue su mentor y le debe su transformación de artista en marchante de arte, actividad que desempeña en la actualidad.

El acto de Shafrazi en el Museum of Modern Art conectaba con las acciones que el colectivo Art Workers’ Coalition había realizado en 1969 y 1970 tanto fuera como dentro del museo en protesta por la guerra de Vietnam y contra algunas políticas del centro. La litografía And Babies? (1969), mostrada frente a Guernica en una de sus acciones, utilizaba precisamente una imagen de la masacre de My Lai, en la que soldados estadounidenses habían asesinado a alrededor de 500 personas, además de violar a mujeres y niñas. El indulto de Nixon a Calley, único oficial juzgado por esta masacre, dejaba impunes a los responsables de esta matanza.

Su pintada, por la que fue detenido con el cargo de acto vandálico, hace alusión a una cita del libro de James Joyce Finnegans Wake: “Lies. All lies”, que adaptó para convertirla en Kill Lies All [Matad todas las mentiras]. Gracias a la capa de barniz que el equipo de restauradores del Museum of Modern Art había aplicado al cuadro unos años antes, se pudieron limpiar las letras rojas de su superficie sin perjudicar en demasía a la obra.

Shafrazi argumentó que intentaba reactivar Guernica como grito de protesta contra la guerra y las muertes civiles. Por un lado, quería hacer visible que el cuadro, encerrado en el museo, había perdido todo contacto con lo que ocurría fuera del mismo, anulándose por tanto su potencial original de símbolo de protesta contra la violencia. En una entrevista concedida en 2009, Shafrazi sostenía que si Guernica pudiera hablar, en 1974 habría gritado contra los acontecimientos de la guerra de Vietnam. Por otro lado, concebía el cuadro como una especie de ready-made sobre el que era posible añadir un nuevo significado. No obstante, no recibió el apoyo del Art Workers’ Coalition por su acción: los activistas contra la guerra consideraron su acción una especie de sacrilegio.


En 1976, Shafrazi volvió a su Irán natal, donde trabajó como asesor de arte estadounidense para el Museo de Arte Contemporáneo de Teherán, ciudad en la que posteriormente abrió su propia galería. La revolución iraní (1978-1979) propició su regreso definitivo a Nueva York, donde fundó la Tony Shafrazi Gallery en 1979, desde la que gestionó la obra de artistas como Keith Haring y Jean-Michel Basquiat. Desde ese año la galería ha organizado varias exposiciones que han incluido obras de Picasso y ha celebrado diversos homenajes al artista.

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